Según explica Mario García Luengo, vicepresidente de la Hermandad, la forma que tiene el Resucón es de estrella y simboliza y representa la primera medalla de la Hermandad que tenía forma de estrella. En cuanto a cómo surgió la idea de realizar este nuevo dulce que identificará a la Hermandad, señala que ha ido surgiendo en las reuniones que en los meses precedentes a la organización de la Semana Santa se realizan. Todo ello porque antes de decidir quiénes portarán al “Resucitao”  al encuentro con su madre y protagonizar ambos la Carrerita, siempre los hermanos tanto de Cristo Resucitado como de la Virgen de la Aurora y algunas personas que se acercan hasta el convento de las Concepcionistas Franciscanas, sede de la imagen de Cristo Resucitado;  toman los dulces típicos de Semana Santa. Unos dulces que elaboran las monjas y que se acompañan con chocolate y anís. Por esta razón, se pensó que se podía elaborar un dulce que sea símbolo de la Hermandad y que se deguste junto al resto de dulces artesanales en la mañana del Domingo de Resurrección., señala García Luengo.

La tradición de tomar dulces, chocolate y anís tiene más de 30 años y forma parte de toda la ceremonia que año tras año se repite en el patio del convento y que da acceso a la capilla, donde está todo el año la imagen de Cristo Resucitado. En la actualidad, la Hermandad cuenta con más de 200 hermanos y prácticamente hasta pocos minutos antes de salir al encuentro con la Virgen de la Aurora no saben quién portará al “Resucitao”. 

Desde la Hermandad se invita a todos los ciudadanos a acudir a la capilla