«A día de hoy tenemos menos agua para riego que el año pasado a estas mismas alturas, por lo que tendremos que redoblar los esfuerzos para gestionar los recursos. Esperemos que el invierno sea generoso». Así de tajante se mostró ayer el presidente de la Comunidad General de Usuarios (CG) del Canal de Orellana, Luis Gutiérrez, al hacer balance del 2023 que está próximo a finalizar y en aras a un 2024 que se presenta, como poco, complicado para el sector de la agricultura de regadío ante la situación actual de sequía. 

Es por ello por lo que desde la CGU del Canal de Orellana, la comunidad de regantes más grande de Extremadura (abarca casi 60.000 hectáreas y más de 6.000 familias de agricultores), han instado a la Junta de Extremadura a que «recoja el guante» de la necesidad que tienen en esta zona regable de llevar a cabo un proceso paulatino de modernización que vaya encaminado a un sistema de canalizaciones más eficiente y sostenible, sobre todo teniendo en cuenta que la actual infraestructura tiene ya más de 50 años y las nuevas necesidades lo convierten en un sistema desfasado. 

Gutiérrez hizo un balance «positivo» de la campaña de riego del pasado verano, sobre la que congratuló a todas los actores implicados en el buen hacer y gestión del recurso hídrico para llevar a término todos los cultivos. Un escenario que si bien parece complicado que pueda repetirse el próximo verano de no darse la pluviometría necesaria durante los próximos meses. «El 18 de enero celebraremos una asamblea general para plantear a los regantes la situación que hay ahora mismo», dijo ayer ante los medios de comunicación el presidente de la CGU. Y es que si el 2023 ha estado marcado por dificultades como la escasez de lluvia o las elevadas temperaturas, el 2024 se presenta tanto o más complicado. 

Aún así desde la CGU consideran que la campaña pasada se desarrolló bien y destacan el ahorro del 7% de la dotación (unos 27 hectómetros cúbicos de agua) gracias a una gestión «eficiente y coordinada», según Gutiérrez. 

Sin embargo, remarcó ayer en este sentido que continúan trabajando en la elaboración de un plan director para la modernización del canal. Si bien, considera que el problema de la falta de agua afecta de manera directa o indirecta a la sociedad en general dada su «influencia en la economía, en el asentamiento de la población o a nivel medioambiental». Así, insistió en la necesidad de «buscar soluciones» ante la probabilidad de que la situación de sequía se agudice en los próximos meses y manifestó que si se consigue la modernización y mejora que persiguen «muchos de los problemas que estamos teniendo se van a mitigar», por lo que pide el apoyo de las administraciones públicas para tal efecto. 

Durante el 2023 la CGU del Canal de Orellana ha destinado alrededor de 2,8 millones de euros a mejoras encaminadas a la mejora del sistema de canalizaciones y a comienzos del próximo 2024 tiene previsto comenzar una actuación valorada en más de 25 millones de euros que «será la antesala de la modernización del Canal de Orellana», en palabras de Juan Diego Fuentes. Una actuación que previsiblemente comenzará  en enero y que se engloba dentro del plan de resiliencia. En concreto, se va a soterrar un tramo del canal, obra que más adelante servirá para poder presurizar el riego. «Nos estamos adelantando a lo que viene, a corto plazo tenemos como objetivo una mayor digitalización de la CGU y del ciclo del agua», añadió Fuentes. 

Más allá, Luis Gutiérrez también puso en valor la colaboración de la Junta de Extremadura, la Diputación y la delegación del Gobierno, así como las fuerzas de seguridad, durante el desarrollo de la campaña. En particular señaló la campaña de vigilancia llevada a cabo para evitar accidentes en los canales derivados de un uso irresponsable, como por ejemplo los baños en el canal durante el verano. La campaña, según remarcó Gutiérrez, se ha solventado sin incidencias reseñables en este sentido. Todo ello en un 2023 en el que los regantes han podido desarrollar sus cultivos con cierta normalidad, pero que de cara a 2024 vuelven a estar muy pendientes del cielo.