Visto para sentencia el juicio por el que dos hombres se enfrentan a penas de prisión por haber abatido a un lince ibérico. Fue el pasado jueves cuando se celebró en el juzgado de lo Penal Número 1 de Don Benito la segunda sesión de este juicio, por el que la Fiscalía ha solicitado tres años de prisión para un hombre acusado de abatir a tiros a un lince por un presunto delito contra la flora y fauna en su modalidad de caza de especies en peligro de extinción. Un juicio en el que también compareció en calidad de acusado un trabajador de la finca en la que se produjo este hecho y para el que el fiscal pide un año y seis meses de prisión por un presunto delito de encubrimiento. 

La acusación la conforman la Junta de Extremadura, Ecologistas en Acción y la Federación Extremeña de Caza, quienes mantienen la petición de tres años de cárcel para el acusado. El abogado de Ecologistas en Acción, Ángel García Calle, considera que "fue tan contundente" la prueba desplegada la pasada semana que "realmente esta segunda sesión sobraba".

Aún así, señala que fue relevante la declaración de los veterinarios que analizaron el cadáver del lince, ya que manifestaron en el juicio que los 80 perdigonazos que recibió el animal "estaban muy próximos y habían penetrado en el cráneo", lo que a juicio del coordinador y abogado de Ecologistas en Acción "supone que el disparo fue desde muy cerca". En este sentido, considera que "lo que esgrime la defensa de que el cazador no sabía a qué le estaba disparando cae por su propio peso, ya que lo tuvo que hacer desde muy cerca para apuntar con tanta certeza y además con la profundidad que alcanzaron esos perdigones". 

Desde el punto de vista de Ángel García, la sentencia "no puede ser más que condenatoria" y desde su organización han solicitado la pena máxima con el agravante de cazar en una zona ZEPA y de interés especial por la presencia del lince ibérico. Piden para el cazador tres años y seis meses de prisión y dos años de cárcel para el trabajador que enterró el cadáver por un delito de encubrimiento. "Entendemos que pueda parecer una pena excesiva, pero tenemos que tener en cuenta que el lince ibérico es el felino más amenazado actualmente y se está haciendo una importante inversión de dinero comunitario para recuperar e introducir paulatinamente esta especie en todo el territorio español", apunta. 

De este modo, en caso de ser declarado culpable por el juez, el cazador se expone a una multa de 114.000 euros que tendría que abonar como indemnización a la Junta de Extremadura. "Ese dinero nos da una idea de lo que supone reintroducir una especie en peligro de extinción", por lo que considera que "no cabe que una persona se vaya con una pena de multa cuando no deja de ser dinero de todos, además de que desde el punto de vista medioambiental es una gran pérdida porque era una hembra y perdemos posibilidades de reproducción". 

Los hechos, según el escrito de acusación, se produjeron en febrero de 2020 en la finca que el acusado posee en Don Benito. La calificación del fiscal recoge que este hombre "mató de un disparo a un lince ibérico mientras practicaba el deporte de la caza en la modalidad de perdiz con reclamo, en uno de los puestos de aguardo creados para ello en la finca de su propiedad". Asimismo, añade que efectuó un disparo sobre la parte delantera del animal con una escopeta de caza sin determinar, causándole la muerte. 

La calificación prosigue diciendo que, "sabedor de la ilegalidad cometida y para evitar ser descubierto, llamó al otro acusado, trabajador suyo, a quien dio instrucciones para llevarse el cadáver y ocultarlo fuera de su finca". Este hombre retiró el cuerpo del animal y lo habría cubierto con materia vegetal para evitar que pudiera ser descubierto, según han indicado.